Alejandro Romualdo
Romualdo. La voz a ti debida Romualdo. La voz a ti debida

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 29/05/08
http://www.larepublica.com.pe/content/view/223446/28/

Es una de las voces poéticas más altas, no solo de la generación del 50, sino de la poesía del Perú

Murió a solas quien por todos alzó su voz, la de ciudadano y la de poeta, que en su caso era la misma voz. El poeta Alejandro Romualdo fue hallado muerto entre sus libros y sueños en su casa de San Isidro. En realidad, es una muerte anunciada. El autor de "Canto coral a Túpac Amaru, que es la libertad", poema que todo escolar conoce, vivía solo desde hace años, recluido en su silencio, sin conceder entrevistas ni pedir nada a nadie.

Él lo había dicho: "Yo de esta sociedad no podía esperar nada. En este sentido, no tengo ninguna defraudación, ninguna decepción, puesto que me he enfrentado a ella. (...) El retraimiento no es una decisión voluntaria, sino una situación social: tiempo al tiempo." (Hueso húmero No. 11).

Más claro ni el agua. Su soledad no era postura, fingimiento o romanticismo sino, hay que decirlo, una forma de dolor social. Como poeta, es uno de los exponentes más altos, no solo de la Generación del Cincuenta –en la que por esos años lideró la llamada poesía social en oposición de la poesía pura–, sino de toda la poesía peruana. Templado en acero, sus versos combativos, con el eco de Vallejo, también estaban llenos de trinos de amor y esperanza.

Alejandro Romualdo Valle no podía ser de otra manera. Había nacido en Trujillo, La Libertad, en 1926 y solía declararse un hombre libre.

"Nací en La Libertad. Salí a la luz/ como una espada dando gritos de alma./ Nací a la luz, al aire libre y albo/ junto a la mar, oh inmensa mar amarga", escribe en su poema "Mar de fondo", que está en el libro homónimo publicado en 1951.

Hijo del recordado actor Álex "Mono" Valle. "Yo soy la prueba de que el hombre desciende del mono", solía bromear por su origen.

Estudió Letras en la U. de San Marcos, pero también estudió arte. Fue un excelente dibujante. Sus dibujos los publicaba en La Prensa y en Expreso con la firma de Xano.

En los años cincuenta, mismo combatiente, lideró la llamada poesía social por la quebró lanzas en verdaderas polémicas, como la que sostuvo con Vargas Llosa y José Miguel Oviedo. ("Sus poemas estaban hechos de artesanía y buen oído, juegos de palabras, encabalgamientos desconcertantes y desplantes morales y políticos", así lo recuerda VLl en El pez en el agua).

Obra concreta

Su poesía, de verbo metálico, paradójicamente se había iniciado con una poesía de marca simbolista como en La torre de los alucinados (1949), que ganó el Premio Nacional de Poesía. Después su poesía devino épica, justiciera. Pero al final ensambló ambas actitudes poéticas.

Su bibliografía también está compuesta por Cámara lenta (1950), El cuerpo que tú iluminas (1951), Mar de fondo y España elemental (ambos poemarios de 1952), Poesía concreta (1954), Poesía (1954), Edición extraordinaria (1958), Como Dios manda (1967), Cuarto Mundo (1970), El movimiento y el sueño (1971), En la extensión de la palabra (1974), Poesía íntegra (1986), Mapa del paraíso (Antología, 1998), Né pane, né circo (Roma, 2002). El INC, durante la gestión de Luis Lumbreras publicó la edición peruana de Ni pan ni circo.

Romualdo vivía solo, con la única ley que le quedaba: su dignidad. Recordemos que hubo una campaña de intelectuales solicitando al gobierno de Alan García una pensión para que el vate se ayude. Le pusieron una condición, que él la pida y firme la solicitud. Él nunca aceptó. Y es que no, pues, no son los gobiernos sino el Estado el que debe a los poetas y artistas.

Romualdo era un poeta esquivo. El año pasado sin embargo pudimos conversar (LR 31/8/2007). Aquí dos respuestas suyas.

–¿Y cómo se llevaron con los poetas del 60? ¿Rivalizaban?
–Creo que bien, aunque ellos se apegaron a la poesía anglosajona.

–O sea, la diferencia era estética.
–No. La diferencia era ideológica. Nosotros escribíamos con el eco de César Vallejo.

Ese era Romualdo, un heraldo vivo de Vallejo.


    A OTRA COSA

    Basta ya de agonía. No me importa
    la soledad, la angustia ni la nada.
    Estoy harto de escombros y de sombras.
    Quiero salir al sol. Verle la cara

    al mundo. Y a la vida que me toca,
    quiero salir, al son de una campana
    que eche a volar olivos y palomas.
    Y ponerme, después, a ver qué pasa

    con tanto amor. Abrir una alborada
    de paz, en paz con todos los mortales,
    Y penetre el amor en las entrañas
    del mundo. Y hágase la luz a mares.

    Déjense de sollozos y peleen
    para que los señores sean hombres.
    Tuérzanle el llanto a la melancolía.
    Llamen siempre a las cosas por su nombres.

    Avívense la vida. Dense prisa.
    Esta es la realidad. Y esta es la hora
    de acabar de llorar mustios collados,
    campos de soledad. ¡A otra cosa!

    Basta ya de gemidos. No me importa
    la soledad de nadie. Tengo ganas
    de ir por el sol. Y al aire de este mundo
    abrir, de paz en paz, una esperanza.

    – De poesía concreta, 1952.


Testimonio

No le perdonaron
Arturo Corchera. Poeta

Te marchaste, Xano, como viviste siempre, abandonado, satanizado, golpeado. "Tanto por mí ha pasado/ que parezco un pasadizo." Te dieron duro con un palo y también con una soga como a tu par César Vallejo. No saben tus enemigos que se puede matar al pájaro, pero no al trino. Tu canto coral seguirá girando en su órbita como los astros por los siglos de los siglos. Fuiste siempre un poeta en la extensión de la palabra. Nunca te perdonaron que cantaras de tal manera que te entendiéramos todos. Al explotador y al reaccionario tu poesía transgresora y contestataria se les atraganta como una espina o les quema, sancochándoles las tripas, como agua ardiente. Pocos te conocieron a cabalidad, eras el Fénix de los Ingenios, actor en la intimidad , humorista, dibujante, editor, escritor, poeta por excelencia, prosista, polemista de quilates. No saben lo que se pierden los jóvenes olvidándote sin haberte leído. Hay otros que se llenan la boca con tus versos y al mismo tiempo meten presos a los poetas, o los dejan a su suerte llenándose la boca de hambre y de sed. Qué enorme hueco negro dilatándose cada día nos dejará desde ahora tu ausencia, socavón de dolor y desamparo. Sufriste el Perú como pocos, a pesar de ser y decirlo "soy más peruano que la marinera… Necesitamos agua, mucha agua, y sin llorar miseria,/ sin pedir nada a nadie… la lúgubre pizarra que tenemos por patria,/ la inmensa, triste, amarga patria. Llévame de la mano, tú ahora,/ hacia otra noche mucho menos ardua".

Épica y estética
Carlos germán Belli. Poeta

Alejandro Romualdo surge en plena eclosión del arte abstracto y el movimiento letrista, pero él tempranamente era un devoto de la poesía comprometida con los desposeídos y la memoria histórica de nuestro país, y fruto de esta adhesión literaria es justamente su célebre poema "Canto coral a Túpac Amaru, que es la libertad".

Pero a Alejandro Romualdo no solo se le recordará por ello (de por sí un legado valiosísimo en nuestras letras), sino por toda su obra en que la épica está codo a codo con la estética, lo cual hace una sobresaliente voz poética hispanoamericana del siglo XX.
 

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