Jorge Pimentel
Jorge Pimentel: Gracias a Hora Zero, la poesía peruana es libre Jorge Pimentel: Gracias a Hora Zero, la poesía peruana es libre

Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 19/02/07

Jorge Pimentel, el poeta de Hora Zero, acaba de publicar, después de diez años, un nuevo poemario llamado En el hocico de la niebla, pero no quiere hacer ninguna presentación. Hora Zero, aparecido en los 70, fue uno de los grupos poéticos más importantes y revoltosos del país. A él pertenecieron, por ejemplo, Enrique Verástegui y Tulio Mora. Pimentel escribió el manifiesto del grupo. Más de 30 años después, encontramos un hombre reposado. que sigue pensando lo mismo.
 

Aunque publica un libro después de una década, escribirlo le tomó varios años. En su caso no se puede hablar de un silencio poético.
Así es. En el hocico de la niebla lo escribí a fines de los 80 y a inicios de los 90. Yo me dedico más a escribir que a publicar. Lo difícil es escribir; lo fácil, publicar. Uno debe encontrar el tema, el lenguaje poético. Yo escribo un libro en dos o tres meses. Luego, lo guardo. Espero 3 o 4 años para que madure y, después, lo vuelvo a leer. Si su lenguaje supera ese tiempo, el libro puede ser eterno.

Es decir, tiene mucha obra inédita.
Tengo cuatro poemarios terminados: Jardín de uñas, Persecución y muerte del conde Ernesto de Lechersten en la ciudad de Lima, Muerte natural y otro al que todavía no le encuentro título.

Después de guardar tres años sus manuscritos, ¿sintió alguno desfasado?
Ninguno. Por ejemplo, Primera muchacha lo tuve guardado 20 años. Antes me entusiasmaba ver publicado un libro mío; ahora, me aburre. Gozo con la escritura, con el misterio de su creación, con la incertidumbre del poema por nacer.

¿Y dónde queda el lector?
Voy a ser franco. Cuando publiqué mi primer libro, me interesaba la opinión del lector. Ahora, no. Me preocupa mi honestidad y mi responsabilidad al momento de escribir, porque la poesía jamás puede mentir.

En la poesía, ¿el lector es secundario?
En mi caso, pienso en mí. Es egoísta, pero el misterio de la poesía está abierto al mundo, a la gente, porque ella va a transitar por los puentes poéticos que yo he tendido. Mi poesía no es un caramelito en la boca. Soy muy autocrítico porque es lo único que tengo.

Ha habido un cambio en su poética.
Todos mis libros son diferentes. No creo que esto sea malo. Tromba de agosto es pura calle, pura dinamita. Creo que todos alguna vez hemos estado en 'el hocico de la niebla', que no es otra cosa que lo que ve un poeta en la bruma. Allí veo mi pasado, a mis padres, la miseria humana, también lo positivo de la vida y algunos alientos. En el hocico de la niebla es la búsqueda de un día en la vida de un poeta; es un auscultamiento al pasado y, también, al futuro.

Pero este auscultamiento es íntimo, no político, a pesar de que fue escrito en medio de la violencia política.
Quise que este libro fuera más personal. Era mi derecho. Sin embargo, creo que lo social está presente. Escribir un libro íntimo no significa haber traicionado la poética horazeriana, que se respeta escribiendo buena poesía.

Después de 30 años, ¿suscribe Palabras urgentes, el manifiesto de Hora Zero?
Claro. Palabras urgentes es la carta libertaria, el acta de independencia de la poesía peruana. Está plenamente vigente. Gracias a Hora Zero la poesía es libre, no politizada. Por la poesía, muchos dejamos todo: desde matrimonios e hijos hasta bibliotecas. Por haber pertenecido a Hora Zero hasta nos quedamos sin trabajo, marginados por nuestra posición poética. Nos exigimos no hacer nunca una poesía de becado, es decir, acomodaticia.
 

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