Carmen Ollé
“Se es feliz por momentos” “Se es feliz por momentos”

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 26/05/07

Carmen Ollé acaba de publicar “Retrato de mujer sin familia ante una copa” (Peisa), un libro sumamente recomendable.

–Me imagino que aún sigue enamorada de Arthur Rimbaud, ¿a sus sesenta años aún es posible sentirse “maldita” espiritualmente? ¿Por qué?
¿Qué son sesenta años frente a los miles de millones que tiene nuestro planeta, o si quieres a los seis o siete millones que tenemos como especie desde que nos separamos de los simios?, sesenta años no es suficiente tiempo para tener el espíritu cansino.
Además, en el libro, Rimbaud es un tópico como poeta, como personaje, es así como se le presenta en “Retrato...”. La idea limeña de que la rebeldía o el inconformismo son sólo para los jóvenes tiene mucho del fetichismo de las marcas de ropa de moda. Es en esencia un preconcepto heredado de la sociedad de consumo.

–Otro rico personaje del libro es Roberto Bolaño, ¿cómo era él cuando lo conoció? ¿Imaginó su éxito literario?
Era muy joven, apenas tenía 24 años. Un muchacho conversador, alegre, obsesionado por la poesía y gran lector. No me imaginé el éxito que tendría con el tiempo, pero creo que era de esperarse. Bolaño era un obseso en materia de escritura literaria. Cuando venía a la casa en Barcelona se llevaba como 10 libros prestados. Creo que acababa de llegar de México y no tenía trabajo. Siempre nos visitaba acompañado de otro poeta chileno jovencísimo, Bruno Montané, más tímido y callado.

–Este libro evoca diferentes épocas de su vida. Si tuviera que elegir un momento preciso en el que “fue feliz”, ¿cuál escogería?
La idea de la felicidad es otro tópico. Se es feliz por momentos, un minuto por ejemplo puede bastar para tener una revelación: la de que eres feliz. Los placeres menores son los que te garantizan la felicidad. Una conversa con alguien simpático en un lindo café con una vista a las montañas de Huaraz, o sobre un puente medieval de una ciudad como Praga, caminando con una amiga que sueña con el amor. En ese sentido, mi vida está llena de momentos así.

–Usted descarta el hecho de “ser honesto” para dedicarse a escribir, ¿a qué se refiere?
La sinceridad y honestidad a la que se refieren son sólo efectos literarios, sobre todo la percepción de que se es sincero, los lectores generalmente no sospechan que el texto sale de un laboratorio donde se hace toda clase de experimentos y mezclas, como si estuvieras buscando oro en la época de los alquimistas.
Tal vez lo de honestidad tenga que ver más con la visión del mundo del autor, en ese sentido está en otro campo, el de la ética.

–En la obra se percibe la madurez que el tiempo le ha otorgado. Al comienzo de su carrera el concepto de Literatura que manejaba era distinto al de hoy en día. ¿Cuánto ha cambiado este concepto? ¿Qué es ahora para usted la Literatura?
Para mí es arte, arte necesario para la vida, y el arte no sólo es emoción, es también conocimiento; un saber que se capta con el corazón y la mente, como dicen los japoneses cuando hablan del kokoro (corazón), para ellos el corazón también es cognitivo no sólo sentimiento.

–En varios pasajes del libro hay una autocrítica a su labor como profesora de Literatura, ¿cuáles son las principales enseñanzas que busca impartir en los nuevos escritores?
Una cosa: que el texto literario es fruto de la corrección, de un trabajo arduo que debe mantenernos conectados a tiempo completo con él, aunque no lo tengamos siempre en pantalla. Y hay que obsesionarse con darle la forma que el mismo texto te exige. La trama tiene sus exigencias propias. No vale hacer trampas.

–¿Qué tanto hay de Patricia Highsmith en usted como mujer y como escritora?
Admiro mucho a esa mujer solitaria. Una gran escritora. Pero yo me cuido un poco, no bebo ni fumo como ella. Creo que Patricia tenía como escritora más puntos comunes con Pilar Dughi que conmigo: yo soy muy vivencial, Pilar, como Patricia, nunca quiso “canibalizarse”.

–¿Qué opinión le merece la seguidilla de premios que ha recibido Blanca Varela?
Me alegro por ello, lástima que Blanca esté tan enferma, pero ella está lo suficientemente lúcida, según me dicen, para percibir su éxito, aunque Blanca siempre ha sido escéptica en cuanto al éxito. Es una gran poeta.

–Dentro del gran espectro de autores jóvenes que hay ahora, ¿qué autores han llamado su atención o destacaría?
Me interesan las narradoras Claudia Ulloa, Irma del Águila y Santiago Roncagliolo. En poesía lamento la muerte de Josemari Recalde, su poesía me gusta mucho.

–Finalmente, ¿cuál es su próximo proyecto literario?
Tengo una novela que he venido trabajando hace algunos años, falta el capítulo final, necesito tiempo para acabarlo. La historia está relacionada con las ONG y su relación con el contexto, se cuenta desde la perspectiva de una directora de una ONG medioambientalista.
 

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