Óscar Málaga
“Uno el lenguaje poético y narrativo en mi novela” “Uno el lenguaje poético y narrativo en mi novela”

Por Jack Martínez
Fuente: La Primera, Lima 18/12/06

Óscar Málaga es, ante todo, un poeta. Y como todo buen vate, creador. Por ello, y porque “la poesía está detrás de todas las artes” no resulta extraño que utilice también ese lenguaje dotado de musicalidad exquisita para escribir novelas. La última acaba de aparecer bajo el sello de la editorial Alfaguara. Se titula El secreto de la trapecista, y nos narra las peripecias que trae consigo la convivencia de seres excepcionales en un circo que ancla en la Lima de 1831, época en que los conflictos sociales postindependentistas están a la orden del día. 
 
–Hace poco ha sido reconocido con el Premio Juan Rulfo de poesía en París. Eso indica que no ha dejado la poesía para incursionar en la narrativa...
–Siempre escribí de todo. Pero claro, considero que la poesía es el arte por excelencia, y por ello está presente en el resto de manifestaciones estéticas. Entonces no es necesario dejarla para escribir novelas. Es más, conozco a varios poetas de mi generación que tienen obras de narrativa pero que son más o menos secretas.
 
–Pero, ¿el que hacer poético y narrativo se asemejan?
–Escribir narrativa, a diferencia de la poesía, te exige mucha disciplina y rigurosidad. Y tal vez por eso es que inventé novelas con más frecuencia cuando estuve en China y mi trabajo me demandaba un tiempo breve. Entonces podía darme el lujo de crear casi la mayor parte del día.
 
–Por otro lado, a nivel del contenido en El secreto de la trapecista, ¿reconoce una beneficiosa influencia del lenguaje poético?
–Esa es la diferencia de un narrador nato, como lo puede ser Mario Vargas Llosa, cuyo lenguaje puede resultar seco aunque convincente, y un narrador poeta. En ese sentido, pretendo elaborar, en mis novelas, frases dotadas de musicalidad. Así, el lector no tiene que pensar palabra tras palabra, sino que la música de éstas es la que debe cautivarlo. Entonces no sentirá que está leyendo una historia, sino que está dentro de ella.
 
–La historia de la novela está marcada por dos líneas que finalmente se entrecruzan: la convivencia en un circo de carpa a punto de quebrar, y las anécdotas de un militar que debe luchar contra los conflictos sociales...
–La estructura es esa, mas no la construí adrede. La historia, además, aunque sea difícil de creer, es el producto de un sueño que tuve mientras estaba en Pekín. Desperté y la escribí en tan solo tres días. Claro, corregirla después me tomó muchos años. 
 
–¿Hubo alguna investigación posterior a la escritura de la novela? Lo pregunto porque está enmarcada históricamente en julio de 1831, diez años después de la independencia...
–Estoy seguro de que el libro tiene elementos de la realidad. Pero no realicé ninguna investigación documental. Por tanto, no la catalogo como novela histórica. Ahora, es importante tener en cuenta que la confusión que tiene el Perú respecto a su identidad no es sólo exclusiva de los primeros años postindependencia, sino que se mantienen hasta hoy. Lo mismo podríamos decir de las rebeliones y la inestabilidad política. Por todo ello, la mía es una novela de referentes históricos, divertida desde el principio, con dramas personales, y que tiene detrás, una reflexión.
 
 
Dato
 
Óscar Málaga ha publicado también los poemarios: Arquitectura de un puente y El libro del atolondrado; además de la novela Blues de un gato viejo.
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