Luis La Hoz
"En el Perú hay poetas invisibles y talentosos"

Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 26/04/07

El Perú es una tierra fértil para la poesía. Tenemos grandes poetas, muchos de ellos olvidados. El poeta Luis La Hoz quiere recuperar el legado de algunos.
 
¿Cómo nace esta antología?
Una mañana, caminando por la calle de San Carlos, entré a una librería de viejo. Husmeando entre los anaqueles, encontré un librito gris que se titulaba Los puentes, editado en México, en1937, y que, como única información de su autor, decía: Augusto Lunel, peruano. Lo abrí, era bellísimo, con ilustraciones de Leonora Carrington. Me quedé sorprendido. Seguí husmeando y encontré la plaqueta Idiota del Apocalipsis, de Guillermo Chirinos Cúneo. A pesar de ser un buen lector de poesía, yo no los conocía. Sus poemas eran extraordinarios. Han pasado 30 años y al fin he podido reunir sus textos.
 
¿Por qué no aparecían estos autores en las antologías de poesía peruana?
Por varias razones, entre ellas por lectores que no supieron apreciar su calidad, por sus particulares personalidades, porque algunos salieron temprano del país. Además, estos diez poetas tienen otras particularidades: publicaron poco y tienen poca o ninguna referencia en antologías. Quizás Vicente Azar, Augusto Lunel, Patrick Rosas y Pedro Gori tengan alguna. Óscar Aragón publicó un libro, el de Chirinos Cúneo, poeta esquizofrénico a quien conocí, lo editó su familia. Son presencias invisibles en nuestra poesía. Son poetas oscuros, talentosos, de extraño comportamiento. Aves raras, al fin y al cabo, que no figuran en nuestra historiografía literaria.
 
¿Somos ingratos y malos lectores?
Creo que no. En este caso, su actitud, su personalidad y su poca producción afectaron su 'reconocimiento'. Además, están unidos por un 'dorado' hálito, único, misterioso e inexplicable.
 
¿Estuvieron inmersos en alguna corriente literaria?
Nuestras raíces poéticas están fundamentadas en Eguren, Vallejo, Adán y Westphalen. Estas 'aves raras' tienen algunos rasgos de ellos pero, si algo los distingue, es su libertad creativa. Están al margen de influencias, son poetas particularísimos. Por ejemplo, Armando Arteaga -un personaje entrañable- es un maravilloso vanguardista cuyos poemas son joyas literarias.
 
Quienes han leído a Enriqueta Belevan -que figura en esta antología- señalan que es una poeta mayor.
Primero diré que su actitud de recogimiento, de vivir secretamente -es una dedicada profesora de flauta-, me parece muy honesta. El valor de su poesía está en su eficaz y hermosa economía de palabras combinada con un lenguaje coloquial. Ese es su gran hallazgo. Es una azucena que, a veces, camina por las calles de San Isidro.
 
¿Y Chirinos Cúneo?
Fue un gran poeta enfermo mental.
 
¿Qué tan cerca está la poesía de la locura o de esa lucidez extrema parecida a la insania?
La poesía tiene gatillos extraños que lindan con la locura o con la absoluta sensatez. Muchas veces, el poeta necesita estos arrebatos para crear. Esto nos distingue de aquellos que escriben versos, pero que no son poetas.
 
¿Todo poeta es un rara avis?
Valery decía que el poeta, al mirar por su ventana, tenía que escoger entre el vaho y el polvo o lo que hay detrás de la ventana. Esa lucidez es inherente a un verdadero poeta, quien debe botar al tacho el 95% de lo que escribe, nunca dejar de leer ni de observar las calles con su lucidez... o con su locura.
 
 
Boletín semanal
Mantente al tanto de las novedades ¿Quieres ver nuestro boletín actual?
Ingresa por aquí
Suscríbete a nuestro boletín y recibe noticias sobre publicaciones, presentaciones y más.