Eduardo González Viaña
“El sueño americano” “El sueño americano”

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 25/01/07

El escritor peruano Eduardo González Viaña, residente en Oregon (Estados Unidos), está en nuestro país para presentarnos su novela “El corrido de Dante”.
 
–¿Qué significado tiene para usted el Premio Pastega que le fue otorgado el año pasado en Estados Unidos?
Todos los premios que llegan sirven a uno para reincidir en el entusiasmo y en el trabajo literario. Porque hay muchas cosas que lo deprimen a uno. Los premios tienen ese sentido para mí. Cuando empecé a escribir y cuando escribo no pienso sólo en el argumento de la historia, sino en que lo que yo escribo pueda servirle a la persona que lo está leyendo.
 
–¿Qué cosas lo deprimen?
En un mundo como el nuestro parece haber una cultura de la muerte. En la Navidad pasada un tribunal bajo las órdenes de una potencia mundial ordena la ejecución de un dirigente extranjero. Es decir, en medio de las fiestas cristianas y musulmanas más importantes se cuelga a un hombre como quien cuelga un objeto en un árbol navideño. En momentos en que en el Perú nuestro presidente grita desaforado que viva la muerte, ser escritor es triste. Sé que como escritor mi trabajo no va a cambiar al mundo, pero un premio, un mail de un desconocido o un esporádico saludo en la calle de un lector, me hacen reincidir en este oficio.
 
–Hablemos de “El corrido de Dante”... Una novela sobre las trabas que sufren los inmigrantes en Estados Unidos... 
Estamos hablando de la inmigración latinoamericana, que es el proceso demográfico más grande que ha existido en la historia de la humanidad, desde los tiempos bíblicos. El pueblo de Israel caminó 40 años buscando la tierra prometida. Caminaban siguiendo a un dios. El pueblo latinoamericano migra empujado por la maldición de dejar su propio país, lleno de tiranía (real o encubierta). Mi novela trata sobre este tema. El personaje de Dante es un inmigrante mexicano que camina a través del infierno para tratar de llegar a la tierra prometida, tal como Dante Alighieri. Es en nombre de este pueblo sin voz que yo hablo y trato de ser su voz.
 
–Aparte de ello hay otras alusiones a la “Divina Comedia”...
Está Virgilio, que es un burro que no habla. Es un burro burro... (Risas). Es un burro solemne que escucha a Dante durante su viaje y sirve de pretexto para contar la historia. Y está Beatriz, que es la esposa de Dante y que al fallecer tiene que ser repatriada a México. Te imaginas repatriar el cadáver de una inmigrante ilegal... 
 
–¿Cómo es la identidad de ese inmigrante ilegal?
A mi parecer el inmigrante sostiene su identidad en cuanto está aspirando a regresar a su patria. Piensa en solucionar sus problemas, hacerse rico, mandar dinero a su familia que se quedó en Latinoamérica, etc. Trata de conservar su identidad frecuentando a gente como él en los ghettos. Estados Unidos es un conjunto de ghettos, sean de nacionalidad o de origen étnico. En tanto y en cuanto el inmigrante piensa que va a regresar no se aculturiza, pero cuando regresa a su país se da cuenta que su país cambió y él no se da cuenta que también cambió por lo que hay un desfase. Es una vida muy dura. 
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