Alrededor del tema de la lectura existen muchos temas que le dan una vitalidad que no siempre se le reconoce. La profunda crisis que atravesamos en comprensión de lectura y en razonamiento matemático se traduce en cifras alarmantes que colocan a nuestro país en el último lugar en el ranking internacional. Como respuesta, inicial aún, existe un nuevo marco institucional que se propone fomentar la lectura. La Ley de Democratización del Libro y de Fomento de la Lectura crea una instancia para la definición de políticas para ese tipo de actividades: el Consejo para la Democratización del Libro y Fomento de la Lectura, Promolibro. Con ello se trata de evitar la dispersión de esfuerzos y canalizarlos en un mismo sentido. Desde la Biblioteca Nacional del Perú las actividades de fomento de la lectura son de antigua data y se han potenciado en los últimos años.

 

 

¿Hábito o placer?

 

¿Debemos incentivar el hábito de la lectura o el placer por la lectura? La lectura debe ser considerada como un placer más y no como un acto rutinario y carente de sentido. Por otro lado, la lectura no se puede comprender sin la otra parte que es su complemento: la escritura. Ambas, lectura y escritura, conforman el continuum de la comunicación y son parte de la construcción de sentidos sin los cuales la sociedad moderna no puede alcanzar su integración. Altos niveles de lectura y escritura son la base para alcanzar el conocimiento científico y, posteriormente, el desarrollo y la elevación en la calidad de vida. Saber transmitir sentidos, ideas, sentimientos, vivencias, constituye la piedra angular en la constitución de un campo de reconocimiento mutuo en donde la palabra oral también debe cumplir su función. La lectura dota a las personas de grados de reflexión, análisis, abstracción, todos estos, recursos imprescindibles para la comunicación, sea por medio de la palabra escrita, oral o virtual. Gran parte de nuestros desencuentros, riñas y tragedias históricas, personales o nacionales, encuentra su origen en la incomunicación que vivimos los peruanos, que frecuentemente termina en enfrentamiento y violencia (política, doméstica, militar, etc.). Como podemos ver, la lectura alcanza horizontes mucho más lejanos que el combate al analfabetismo. Pero no es posible fomentar el goce de la lectura si no se promueve simultáneamente el placer por el conocimiento. Toda persona que se acerca a un texto lo hace porque quiere saber acerca de algo, aun cuando sea mínimo e intrascendente. Es necesario aprovechar ese primer estímulo y encauzarlo hacia metas mayores que tienen que ver directamente con el tema nacional de cómo reconstituirnos como sociedad luego de la devastación que significaron la violencia política, la corrupción, la hiperinflación y el autoritarismo.

 

 

Responsabilidad compartida

 

Aprovechar ese primer momento de curiosidad del niño por conocer es, evidentemente, una tarea compartida de las instituciones que guardan relación con el tema educativo y con la sociedad en general. En ese sentido, todos podemos ser promotores del estímulo por el conocimiento: el padre que llega a su casa y lee las noticias importantes de un periódico, el maestro que exige a sus alumnos que estudien pero que da el ejemplo comentando el libro más reciente que ha leído, el político que critica pero que lo hace con fundamento y expresándose bien, el parlamentario que no necesita plagiar proyectos de otras personas aprovechando las actuales tecnologías de información, las autoridades de instituciones estatales que afirman que la lectura es positiva pero que al mismo tiempo tienen la buena costumbre de leer, etcétera. De esta manera, todos seremos un ejemplo para el niño, el joven o el ciudadano que necesita de arquetipos a los cuales imitar. Al mismo tiempo, nadie podrá decir que está exento de responsabilidad; la conformación de un espacio de mutua convivencia nos concierne a todos. Sólo de esta manera llegaremos a la reconciliación nacional anhelada.

 

 

Las actividades de la Biblioteca Nacional del Perú

 

Específicamente desde el Sistema Nacional de Bibliotecas, nuestra Biblioteca Nacional desarrolla una serie de actividades tendientes a promover el gusto por el conocimiento, la lectura y la escritura. Y no nos ha ido nada mal. Empecemos por el inicio, es decir, la Sala Infantil, en la que desde actividades como "Yo... te cuento un cuento", "Club de lectura infantil", "Talleres de creatividad infantil", "Día del libro infantil" y "Conociendo la Sala Infantil" (se trata de un programa especial dirigido a los alumnos de colegios a los que se les ofrece visitas guiadas) buscamos estimular a los usuarios más pequeños (o los "locos bajitos", como los llamaba Joan Manuel Serrat) de nuestras salas a que se acerquen a saber qué encierran los libros y otros tipos de materiales que tenemos a su disposición. Dichas actividades se complementan con otra también sumamente importante: con el curso-taller "Promoviendo la lectura en el hogar". En total, en lo que va del año hemos convocado a cerca de tres mil personas con estas iniciativas, y tenemos la esperanza de que el efecto multiplicador sea amplio y generoso.

 

En la Sala Escolar hemos inaugurado la actividad denominada "Desayuno intelectual" que constituye una experiencia enriquecedora, pues se invita a escolares que frecuentemente visitan dicha sala para conversar acerca de uno o varios textos que se les ha repartido previamente. La madurez y claridad con que se expresan son realmente admirables y nos proporcionan una base real para tener optimismo a pesar de las dificultades. Paralelamente, en otras salas públicas realizamos el "Café literario" que consiste en invitar a autores-lectores para que dialoguen con los asistentes sobre, por ejemplo, el libro más reciente que han leído o, como sucedió con el grupo de poesía Noble Katerva, para que sus integrantes leyeran sus creaciones y compartieran sus experiencias con unos asistentes ávidos de cultura, además de estar contentos por tener a los autores junto a ellos.

 

En las seis bibliotecas públicas periféricas, ubicadas en los AA HH del Cercado, El Planeta, El Agustino, Rímac, Breña, Comas y La Victoria también las actividades de fomento de la lectura son centrales. Programas como "Del autor al lector" o "La Hora del cuento", así como charlas de motivación y otros, nos permiten acercarnos e involucrar a la comunidad y autoridades en bien del desarrollo cultural de dichas localidades.

 

 

La Biblioteca Nacional y el trabajo mancomunado con otras instituciones

 

Que nuestras instituciones tienen escasos recursos es algo que nadie desconoce; por ello, lo más sensato es buscar la cooperación. Es así que la Biblioteca Nacional ha buscado cooperar productivamente con instituciones como el Ministerio de Educación, Promolibro y algunos distritos.

 

Con el departamento de Educación Secundaria se han realizado mesas técnicas en diferentes lugares del Perú en las que se han discutido nuevas formas de gestión pedagógica tratando de hacer las ahora separadas labores del docente y del bibliotecólogo en una actividad coordinada para beneficio de los estudiantes, para que tengan acceso al libro, se incentiven por la lectura y se acerquen a nuevas maneras de conocer. Con Promolibro se están realizando actividades de fomento de la lectura con los propios profesores, quienes a su vez replicarán la experiencia con sus alumnos. Asimismo, la Biblioteca Nacional está auspiciando el concurso literario a nivel latinoamericano llamado "El cuento de mi pueblo", organizado por el municipio de Chupaca. Además, el apoyo y el trabajo conjunto con distritos como Chumbivilcas, en Cusco, Jicamarca, San Juan de Miraflores en Lima, etc., son sostenidos y permiten, a pesar de los escasos recursos, llegar a una buena parte de la población de nuestro país. Pero nada se podría conseguir sin el esfuerzo de todos los que laboran en la Biblioteca Nacional, pues su identificación con su noble causa la hacen, de verdad, la primera institución cultural de nuestro país.