Odi Gonzales
Busco hacer una poesía coral Busco hacer una poesía coral

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, 29/11/05

El poeta Odi Gonzales acaba de publicar La Escuela de Cusco (Ed. Santo Oficio), un poemario en el que recrea su visión, no sin humor corrosivo, sobre los famosos cuadros de la pintura cusqueña en donde la historia del pasado se entrecruza con los hechos de la vida presente.
 

-El poeta a veces se introduce, dialoga con los personajes de los cuadros y viceversa.
-En realidad, en mis libros lo que he tratado siempre es hacer que en el poema confluyan muchas cosas. Y lo de La Escuela de Cusco es un entramado de cosas en las que fundamentalmente interviene la voz del autor anónimo, intervienen las voces de los propios retratados en el cuadro, interviene también la voz de los críticos de arte contemporáneos. Los poemas no son descripciones de los cuadros, son mi propia lectura y los cuadros me sirven como pretexto para reflexionar ya sea la historia del pasado y el presente. Por eso, en la lectura de este libro los cuadros son prescindibles.

-En el poema "El taller de Nazareth" recoges la voz de una supuesta carta de tu padre en tono de reprimenda.
-Esa "voz" corresponde a una carta de mi padre que me envió cuando yo estaba estudiando ingeniería en Arequipa. Mi padre, carpintero, me enviaba cartas persuadiéndome de que dejara mis inclinaciones literarias y me incline hacia la ingeniería con más seriedad.

-Pesa también tu historia personal. Tu padre es carpintero.
-Es cierto. En mi pueblo a mí me conocían como "el hijo del carpintero". Intento jugar con el cuadro.

-En otro poema, La última cena, puede cotejarse con la vida cotidiana, en una picantería.
Absolutamente. Allí menciono que La última cena pudiera ser en una picantería cusqueña o en cualquier fonda. En ese cuadro colonial se puede admirar la adorable insolencia del artista indio que en lugar de colocar el pan en la mesa pascual, coloca un cuy con rocoto relleno, desobedeciendo a los evangelizadores que controlaban a los artistas para que se ciñan estrictamente a lo que se dice en los pasajes bíblicos o en los referentes de cultura europea. Eso yo lo considero como subversión artística.

-Tu lenguaje tiene una suerte de contención por buscar la palabra exacta, de peso específico.
-En verdad trabajo muchísimo el lenguaje y en el Perú tenemos poetas que estupendamente cultivan el refrenamiento, y hago alusión al gran José Watanabe. A Blanca Varela también.

-Este libro lo culminaste en Nueva York, ¿la metrópoli te acerca más al mundo andino?
-Eso es curioso, sucede así. Pero también llevo mis vivencias arraigadas. Además, estar allá, trabajar, traducir del quechua para el Smithsonian Museum y para la National Geographic Televisión me ha permitido conocer inmensos e insospechados archivos e incunables sobre el mundo andino.
 



    El Taller de Nazareth

    Anónimo

    (Fragmento)

    Este es, Señor,
    el último de mis hijos,
    el que llevará mi bastón
    cuando ya no pueda más
    de puro viejo

    Templo de Calca / el Taller de Nazareth

    En el sfumato leonardesco
    /brillo desmayado/
    el Hijo del Carpintero empieza a dar
    los primeros pasos:

    Este país
    es para ingenieros, terco desgraciado.
    Estudia, lucha por llevarte un pan
    a la boca

    (si es con mantequilla, mejor)
    Entonces haz caso o ya verás,
    saludos,

    Tu Padre

 

Perfil

Nacimiento. Valle Sagrado, Cusco, 1962.
Estudios. Ingeniería Industrial y Literatura en la Universidad Nacional de Arequipa.
Obras. Juego de niños (1998), Valle Sagrado (1993), Almas en pena (1998) y Tunupa, el libro de las sirenas (2000).
 

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