Jeremías Gamboa
"Fugué del periodismo para ser escritor"

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 22/09/07

La procesión iba por dentro. Jeremías Gamboa (Lima, 1975) se dedicó al periodismo con la firme intención de hacerse escritor. Asumió el reto. Perseguir los hechos de la realidad –trabajo del periodista– no es lo mismo que inventarse una realidad –menester del escritor–. Pero igual, Jeremías, se nutrió del periodismo, de su visión del mundo para plasmar todo lo vivido en un primer buen libro de cuentos, Punto de fuga (Ed. Alfaguara).

El libro, de ocho relatos, está ambientado en espacios urbanos de Lima. Sus personajes, de vida interior a presión, como que se buscan en sí mismos, en su entorno y el otro. Más que torturados, buscan saber quiénes son y qué quieren.

–¿Te has fugado del periodismo para hacerte escritor?
– Sí, fugué para ser escritor. También fugué de estudios académicos en EEUU para ser escritor. Siempre he tratado de defender la vocación. La primera, la más importante era ser escritor. Estudié Periodismo para acercarme a la escritura. Luego estudié Literatura también para intentar acercarme a la escritura.

–¿El periodismo es columna vertebral en tus cuentos?
–Es una de las columnas vertebrales de la ficción literaria. Y lo es porque es lo que he vivido. Es un lugar común, pero es importante, uno escribe sobre lo que conoce. Entonces yo he situado los dramas de mis personajes, que no son periodísticos, en ambientes del periodismo. Se sienten a gusto por el cierre de edición, por lograr la primicia, de los dramas que son la incomunicación, la soledad, el universo de los afectos, la introspección, hasta cierto punto la enajenación sobre ciertos espacios sociales en la ciudad.

–Como que rumian sus propios dramas.
–Me gustan muchos escritores peruanos, a muchos los cito, dialogo con ellos. Ese lado introspectivo de los personajes proviene de Luis Loayza, cuando leí a Loayza me di cuenta de que tienen ese sustrato, y sobre todo de Edgardo Rivera Martínez. A mí me interesa eso. Ese mundo interior los hace más allá que periodistas. O sea algo más que periodistas. Entonces el libro se resuelve no en lo periodístico, aunque el escenario sea periodístico, sino en cosas más profundas.

–Dos cuentos interpolan Lima, "La tierra prometida", que alude al cono norte, y "La conquista del mundo", dos hermanos de Lima periférica visitan Miraflores.
–Luis Hernán Castañeda allá en EEUU me decía que ambos cuentos era como una especie de aspa. Era como una visita de los sectores humildes a Miraflores y a la inversa. Son como dos líneas que convergen en aspa. Yo creo que también eso viene de la cerrazón que hay en la crónica urbana que hice durante un tiempo. A mí me pasó que mientras hacía periodismo sentía falsamente que el periodismo me estaba quitando el escritor de adentro. Muchos de mis personajes quieren dejar de ser periodistas. Pero cuando escribí el libro me di cuenta que parte del universo que yo organizaba como escritor venía de mi aprendizaje como periodista. Este libro es como una gran crónica urbana, cada cuento puede ser una comisión al interior de los personajes.

El libro que viene

–¿Y qué estás escribiendo?

–Estoy escribiendo una serie de cuentos en los que los personajes tienen otra textura. Los de Punta de fuga son como muy urgidos, con ansiedades muy fuertes, están muy como zamaqueados. Los personajes de este nuevo proyecto de libro son como más tranquilos, calmados, introspectivos. Y sobre los afectos, están presentes el amor, el desamor, en espacios de Lima y EEUU. También empecé a escribir una novela cuyo protagonista acaba de renunciar a un periódico.

La lección del maestro

–Marco Avilés también renunció al periodismo para dedicarse a escribir. ¿Tú también has tomado esa lección vargasllosiana?

–Yo tengo años de adoración por Vargas Llosa. Yo me he quedado por el lado técnico de Vargas Llosa. En mis textos hay un uso de tiempos que es bien vargasllosiano. En el cuento "Un responso por el cine Colón" también hay cajas chinas. Cajas, por ejemplo, de lo que narra el personaje Felipe Castrejón está en primer plano, pero también hay desplazamientos de tiempos y espacios. Eso es muy al estilo de La casa verde. Pero el universo de Vargas Llosa es distinto. Lo que me queda es su técnica y su vocación. Vargas Llosa dice que un escritor debe organizar todo en función de la escritura. Todas sus decisiones vitales, profesionales deben estar en función de la ficción y yo he tratado de hacer eso en la medida de lo posible.

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