Alonso Cueto
El Perú y sus demonios<br>Escritor Alonso Cueto describe nuestra idiosincracia en Valses, rajes y cortejos El Perú y sus demonios
Escritor Alonso Cueto describe nuestra idiosincracia en Valses, rajes y cortejos


Por Carlos M. Sotomayor
Fuente: Correo, Lima 07/03/05

Frases extraídas del habla cotidiana, paganas ritualidades colectivas y anecdóticos paisajes rurales conforman el corpus de Valses, rajes y cortejos (Peisa, 2005). Alonso Cueto nos ofrece un libro que reúne una serie de textos -artículos, viñetas y crónicas- que resaltan su particular mirada sobre aquellos retazos, aparentemente inadvertidos, de nuestra peruanidad.
 

Correo: El Perú, por su complejidad, es un tema atractivo.
Alonso Cueto: Las culturas diversas que forman parte del Perú son siempre un tema atractivo, por el contraste, por el conflicto, por las diferencias. El hecho de que seamos un país tan resquebrajado, tan dividido, tan atomizado, se refleja, en cierto modo, en el lenguaje que usamos, en las maneras que tenemos de hablar. A mí me interesaba tomar algunas frases coloquiales, algunas expresiones, como señales y síntomas de unas actitudes colectivas. Por ejemplo, nuestra dificultad para el énfasis, para la claridad, y nuestro gusto por la ritualización del ocultamiento. Como cuando decimos "penosa enfermedad" en vez de cáncer.

C: ¿De dónde vienen esas maneras de hablar?
AC: Estos modos de hablar creo que responden a dos factores: el gusto por los rituales de las formas y la desconfianza en el otro, en el interlocutor, el no querer decirle las cosas directamente. Y esta desconfianza creo que tiene que ver con nuestra desintegración.

C: ¿Se puede hablar de una cultura peruana?
AC: Yo creo que no hay una cultura peruana. Creo que hay muchas culturas que están dentro de un territorio políticamente demarcado que es el Perú. Y que muchas de ellas comparten rasgos comunes. Este fenómeno de la dispersión de las culturas es mucho más claro ahora en la época de la globalización.

C: En el libro mencionas ese gusto nuestro por los diminutivos.
AC: Nuestro gusto por minimizar la realidad es muy claro en expresiones como "tienes un tiempito", "te puedo hacer una consultita", "hay tiempo para un cafecito". No sé si eso responde a un solo factor, pero eso se debe, por un lado, a un interés de darle un matiz afectivo al objeto y, por otro lado, a una cortesía hacia la otra persona, para no ofenderla demasiado.

C: Está presente también esa incapacidad que tenemos de afrontar los problemas. ¿De dónde viene eso?
AC: No lo sé, pero tiene que ver con nuestro concepto provisional de la vida no como algo definitivo ni importante, sino siempre postergable y provisional. Siempre dejar a medias tintas las cosas. Por eso se ve tantos edificios a medio terminar, tantas cosas a medio hacer.

C: Por eso hasta ahora no hay un verdadero proyecto de país.
AC: Claro, hay una cultura de lo provisional.

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