Eduardo Chirinos
"Un niño-lobo habita en nosotros"

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 30/06/08
http://www.larepublica.com.pe/content/view/229342/28/

Desde hace un tiempo un koala, Guilherme, transita por la imaginación del poeta Eduardo Chirinos. Acaba de publicar una segunda novela –la primera, Guilherme: El koala que llegó por Internet–, titulada Guilherme, el koala que llegó al Perú (Ed. Alfaguara).

–¿Cómo así empezaste a merodear la literatura infantil?
–No, yo no he merodeado la literatura infantil, yo diría que la literatura infantil me ha rodeado a mí, siempre, desde que era un niño. Era un niño curioso, rebuscaba a mis tías y lo que leía eran libros vinculados con la literatura infantil que leían ellas, libros para niños de los años 40 o 50.

–Un niño extraviado en un mundo ajeno…
–No, eso era maravilloso porque iba desarrollando un imaginario que tiene que ver, quieras o no, con la literatura que vas a escribir de adulto. Lo que pasa es que los chicos, los adolescentes, quieren parecerse a sus papás y no a sus hermanitos.

–Quieren ser grandes...
–Sí, pero todos esos cuidados, una vez que pasas los 40 años, se van olvidando y la infancia saca sus garras y te dice: "Bueno, aquí estoy, no me he ido del todo. Tú creías que me había olvidado de ti, pero no". Te sale el niño, pero no ese niño un poquito cursi que todos llevamos dentro, sino el niño-lobo que todo el tiempo había estado agazapado a la espera de que uno estuviera desguarnecido. En mi caso solo afloró, creo que siempre estuvo allí.

Historia de Guilherme

–El niño-lobo todavía estaba allí, como el dinosaurio de Monterroso.

–(Risas) Mi vínculo con los niños siempre ha sido muy bueno, por eso mismo nunca me atreví a tenerlos, porque si no cómo educar, disciplinar, cómo sobrellevar las enfermedades de un par tuyo.

–Guilherme vuelve al Perú, ¿el arraigo del autor cifrado en este personaje?
–Si al personaje lo sometemos a una presión psicológica, vamos a encontrar tal vez mucho de mí. Creo que arruinaríamos la magia, ¿no? (risas). Pero debo decir en mi descargo que a Guilherme no lo inventé yo, lo inventó una narradora y poeta portuguesa, amiga mía, que se llama Isabel Aguiar Barcelos.

Eduardo narra que koala Guilherme era un personaje de un cuento de dos párrafos no publicado y que luego de algunos años le preguntó a Isabel qué del koala. Ella le respondió en su locura fantástica que Guilherme estaba preocupado porque lo había amenazado de enviarlo a una escuela para niños koalas de mal comportamiento que hay en Missoula, EEUU, donde vive Eduardo. El osito había tenido la brillante idea de limpiar la cocina con un vestido nuevo de Isabel.

Isabel le consultó si él y su mujer no querían encargarse del koala por un tiempo. Eduardo le contestó, siguiéndole la corriente, que ellos no tenían niños ni jardín y no podrían vivir con un koala, además cómo haría ella para enviarlo. "Bueno, hombre, te lo mando por Internet", le dijo. "¿Por Internet? ¿Cómo es eso?", le respondió Chirinos. "A las ocho de la noche te lo mando con una azafata de vuelo", adujo Isabel. "Ok, mándamelo a las ocho, pero que tenga toda su ropita, todo lo que come". Isabel le dijo: "Lo único que te voy a pedir, Eduardo, es que escribas un diario de todo lo que te ocurra con el koala".

"Yo cuelgo el teléfono y pensé que Isabel está totalmente loca, pero la locura, como tú sabes, es contagiosa. Esa misma noche, antes de acostarme, le mandé un correo electrónico contándole cómo había llegado, cómo le preparamos una camita, cómo llegó y nos cantó canciones, cómo fue que, conchudísimo, abrió la refrigeradora, sacó comida y comió lo que quiso".

Así nació Guilherme y se convirtió, con sugerencias de amigos, en personaje de novela para niños. En la primera Guilherme: El koala que llegó por internet, y ahora esta, Guilherme, el koala que llegó al Perú.

Nuevos libros

–¿Qué está haciendo Eduardo en poesía?

–Yo no veo la literatura como un conjunto de géneros, sino como un paquete. Porque Guilherme es un gran poeta, pero hay un libro que acabo de corregir y que se llama Mientras el lobo está, que tiene que ver con algo que Guilherme me ha revelado, pues ese lobo, finalmente, es la infancia que demuestra que toda tu vida adulta no ha sido más que un juego que solo es posible con la amenaza de muerte del juego: juguemos en el bosque mientras el lobo está.

–¿Y cuándo sale el libro?
–Voy a reescribirlo. Pero por estos días saldrá el último libro de poemas que publiqué en España, lo va a reeditar Peisa: No tengo ruiseñores en el dedo. Luego, tengo otro que saldrá simultáneamente en México y España, se titula Humo de incendios lejanos y me gustaría publicarlo aquí.

Perfil

El autor. Eduardo Chirinos (Lima, 1960) ha publicado, entre otros libros, Cuadernos de Horacio Morell, Crónicas de un ocioso, Archivo de huellas digitales y El libro de los encuentros.
 
 

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