Luis Andrade Ciudad
"Tenía que escribir de los sueños que me contaron"

Por José Gabriel Chueca
Fuente: Peru.21, Lima 16/02/06


¿Con qué se sueña en los Andes? ¿Cómo se sueña en quechua? Con el ensayo titulado Aguas turbias, aguas cristalitas. El mundo de los sueños en los Andes surcentrales, Luis Andrade Ciudad ganó el Premio Nacional PUCP 2004 de ensayo y aventuró algunas respuestas y, por supuesto, abrió nuevas preguntas.

''A veces la gente piensa que los lingüistas somos un manual de la Real Academia Española, pero, por el contrario, nos interesan mucho, justamente, las cosas raras que la gente dice", explica Luis Andrade.
 

¿Cosas como qué?
Una cosa que me llamó la atención es cómo la gente de origen andino usa la partícula 'dice'. Se usa para dar una información que otros me han dicho y con la que no me quiero comprometer. Digo, por ejemplo, 'el perejil es bueno para la circulación, dice'. Me interesó hacer un trabajo al respecto, pero necesitaba ejemplos espontáneos; entonces, me puse a hacer entrevistas y, buscando una forma de hacer que usen esta partícula, me puse a preguntarles por sus sueños.

Parece que el tema de los sueños fue más interesante.
Efectivamente. Me fui a Pampas, en Tayacaja, cerca de Huancayo, donde se habla el quechua ayacuchano, que es el que yo aprendí. Pensando establecer si el 'dice' tiene un correlato en quechua pedía a mis entrevistados que me contaran un sueño, una leyenda o un chiste y que me lo dijeran también en castellano. Pero, nuevamente, la riqueza de trabajo de campo, del contacto con el habla viva y la cultura del lugar me hicieron dar un giro al trabajo.

¿Por qué?
Porque lo que más me llamó la atención fue la riqueza de los relatos de los sueños, a los que la gente daba una importancia capital en ciertos momentos de su vida, sobre todo las mujeres.

El tema de los sueños no tiene que ver con la lingüística.
Eso pensaba. Sin ser antropólogo o psicólogo, ¿qué me hacía con ese material que me desbordaba? Hasta que me enteré del concurso Premio Nacional PUCP de Ensayo. Qué mejor que un género como el ensayo, que permite libertad y frescura, para que un novato totalmente ajeno meta su cuchara en el tema. Pensé que si no lo aprovechaba nunca iba a hacer nada y había historias tan fuertes que pensaba que tenía que trabajarlas. Me parecía muy importante, por la trascendencia que daban los entrevistados a sus sueños en sus propias vidas y también porque, en un sentido más amplio, los sueños ofrecen un gran potencial para imaginar mundos distintos a aquellos en que vivimos.

¿Qué sueños le impactaron?
Recuerdo que me impactó el sueño de una señora Rosa, de Huancavelica, que había tenido una serie de experiencias duras: la muerte de su esposo, la muerte de un hijo y, poco después, el suicidio de su hija. En su sueño, una visitante le tocó la puerta, una mujer muy simpática, con unos aretes muy llamativos. La señora contó que en el patio de su casa había un pozo y que la visitante le dijo que podía saltar en él y que no le iba a pasar nada. La señora se tiró igual. Cuando lo relata en quechua es particularmente dramático, ella le decía: '¡Mamita, wichiykuchkaniña, undikuchkaniña! ¡Mikuruwanqam chay pusuyki! (traduce: ¡Señora, ya me estoy cayendo, ya me estoy hundiendo! ¡Me va a comer este tu pozo!). Pero la señora, después de mucho esfuerzo, la salvó y la visitante le quedó muy agradecida. Y ahí terminaba el sueño.

¿Y eso se relacionó con la vida de la señora?
Con la de ella y la de la comunidad, porque pocos días después la señora fue a la iglesia y se dio con que la gente estaba con cara triste, porque no había quién asumiera la mayordomía de la Virgen Inmaculada, patrona de Pampas. La señora empezó a rezar y, viendo la imagen tan bonita, pensó en asumirla ella, pero le preocupaba qué le dirían sus hijos y vecinos, si ella era viuda e implicaba, además, una responsabilidad económica.

¿Y qué hizo?
Pese a todo, anunció que ella sería el mayordomo, consiguió apoyo y, finalmente, le salió una fiestaza. A la señora, el sueño le permitió vislumbrar que tenía que salvar a esta otra visitante: la Virgen. Recuerdo que regresé de Huancavelica pensando en su sueño que, como ella mismo dijo, podía ser parte de un libro.

Esa zona fue golpeada por la violencia. ¿Salía eso en los sueños?
Fue inevitable, pese a que no busqué deliberadamente el tema. Para muchos era el sueño más fuerte. Una señora a la que le habían matado a su hijo soñaba recurrentemente que él venía para consolarla y que ella, al final, se desmayaba en sus brazos. Era muy dramático. yo imaginaba una imagen como La Piedad, pero al revés.

El título del libro dice aguas cristalitas. Debería decir cristalinas, ¿no?
Uno de los símbolos más frecuentes que encontré en los sueños es el agua, que tiene dos caras. Si es turbia, es para separación o muerte; si es barro, es para enfermedades; pero -y en esto los entrevistados ponían un cariño especial en el lenguaje, porque usan adjetivos de los más extraños- si el agua es 'rubia', 'limpia', 'linda', 'reverberante', 'cristalita' -que usan como un diminutivo de cristal; me gustó tanto el adjetivo que decidí incluirlo en el título- es para algo bueno que va a venir.
 
Autoficha

Nací en Lima, en 1966. Estudié Lingüística en la Universidad Católica. Un lingüista está capacitado para resolver problemas gramaticales, para describir una lengua internamente -su estructura- y externamente -su situación social-. Me gano la vida corrigiendo y editando libros y, últimamente, enseñando. Estudié quechua bastante tiempo, sé la gramática y la parte descriptiva. Anteriormente hice una investigación sobre una lengua desaparecida llamada culle, que se hablaba en la sierra de La Libertad; en esa zona solo se habló quechua durante el incanato.
 

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