Alonso Cueto
Voces distorsionadas Voces distorsionadas

Por Manuel Eráusquin
Fuente: Correo, Lima 25/02/07

El vuelo de la ceniza, novela policial de Alonso Cueto, reeditada por la editorial Planeta, explora la compleja mente de un asesino que mata para preservar sus códigos morales.
 
Correo: ¿Cómo asumiste el escribir un policial cuando es un género que no tiene una tradición en nuestro país?
Alonso Cueto: Mira, en principio esta novela fue escrita a principios de los noventa, que es una época donde existía una mayor violencia urbana e inseguridad ciudadana. Y la novela cuenta la historia de un médico que regresa del extranjero después de muchos años y se encuentra con una ciudad transformada y tiene la insana obsesión de hacer justicia con mano propia asesinando a todas las mujeres que él consideraba nocivas y promiscuas para la moral de la sociedad.

C: Boris Gelman, el personaje principal de esta novela, es un asesino con códigos morales muy arraigados. Es una especie de guardián de la moralidad social.
AC: El personaje de Gelman me interesaba en la medida que por un lado era un asesino que iba buscando mujeres para matarlas, y por otro lado es un ser inseguro y tímido frente a su madre, que es la gran presencia en su vida. Digamos que es la ambigüedad del asesino frente a este personaje sumiso y dependiente emocional de la madre.

C: Es una especie de Norman Bates.
AC: Bueno, a mí siempre me interesó el cine de Hitchcock porque precisamente consigue esa dualidad en los asesinos: el violento y el vulnerable. Pero de alguna manera para la creación de una historia policial es muy importante tener un buen villano o asesino porque la exploración del mal en la mente de un personaje es mucho más compleja y fascinante que la del bien. El bien es una experiencia uniforme, monolítica. Mientras que el mal tiene muchas más complejidades en el camino. Aunque la historia de esta novela se ha desarrollado de tal manera que ha permitido que surjan otros villanos mucho más radicales y calculadores que Gelman.

C: Sin embargo, Gelman aparte de ser un dogmático moralista, era un racista
AC: Claro, hay un componente racista muy fuerte en toda la violencia y este es un tema donde la historia sólo pudo haber ocurrido en un país como el Perú. Digamos como de que alguna manera él expresa su rechazo en estas mujeres de piel oscura y de vida oscura. Y por otro lado, Tristán, un personaje que se vuelve en una víctima, ve a los blancos, a los rubios con prejuicio. Y todo esto desemboca también en el tema de la desigualdad social. El vuelo de la ceniza es una novela de género policial, pero hay una serie de elementos sociales que se entremezclan.

C: El rompimiento de la ley o del orden resulta muy atractivo para realizar una historia.
AC: Si bien es verdad que las historias policiales empiezan con Edgar Allan Poe con Los crímenes de la calle morgue (1841), me parece que la historia de la literatura, la narrativa, los mitos, las leyendas y las religiones, siempre ha sido la historia de las relaciones que los seres humanos tienen con la ley. Por ejemplo, la primera historia que conocemos es la del origen de la creación y es la historia de una ley que se transgrede. Incluso, muchas de las novelas que se han escrito parten del hecho de que alguien rompe con la ley, de que alguien, de alguna manera, escapa a la norma.

C: Lo atractivo del crimen radica en su nivel de elaboración. Sin embargo, en el Perú no ha habido muchos crímenes de alto grado de elaboración.
AC: Fíjate, una de las historias policiales que me impactaron mucho, y esto sucedió cuando era chico, fue el caso de Sigisfredo Luza. Y en relación a ese caso un escritor colombiano, Germán Castro Caycedo, vino a Lima porque estaba fascinado con ese tema. Ahora sí estoy de acuerdo contigo en que las historias policiales interesantes requieren de una cierta sofisticación en la mente del asesino y en la mente del policía. De otro lado, hay una frase que siempre recuerdo de Cherteston que dice: “El escritor es un criminal y el detective es su crítico literario”.

C: En la novela hay un personaje clave que es Gómez, un policía desencantado de la vida.
AC: Gómez es un detective que no tiene un sentido moral muy desarrollado, él no cree en las leyes. Más bien busca cierta forma de supervivencia en relación a lo que hace.

C: ¿Cómo la mayoría de los peruanos?
AC: Sí, como la mayoría de los peruanos. Pero por ejemplo, lo que quiere hacer Gelman es matar y lo que quiere Gómez es sobrevivir y hacer que la gente sobreviva. Además, Gómez no quiere hacer justicia ni quiere hacer cumplir la ley, él sólo quiere que las cosas vayan lo mejor posible dentro de las circunstancias, que esa es otra manera de ser peruano.

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