Omar Aramayo
Omar Aramayo: La regionalización es un cuento para niños y la cultura para nada sirve en Puno

Por José Luis Velásquez Garambel
Fuente: Los Andes, Puno, 22/08/2010 http://www.losandes.com.pe/Cultural/20100822/39941.html

Los astros se han alineado por esa energía cósmica y cinética que caracteriza al lago Titicaca, y el Quasar, el poeta, narrador, folklorólogo e intelectual multifacético Omar Aramayo, arribó a esta ciudad hace apenas unas cuantas horas, regresó de un viaje por la ceja de selva de Puno donde estuvo en contacto con la naturaleza y con la geografía humana del sector más olvidado y postergado de nuestra región.

Con la intención de saber su opinión acerca del desarrollo humano, cultural y económico de la región le solicitamos una entrevista para el diario Los Andes, a la misma que accedió con la cortesía y el compromiso con Puno que le caracterizan desde siempre. Aquí su opinión.

Dr. Omar Aramayo, es usted un intelectual que sobrepasa las fronteras del imaginario cultural de nuestro país, su trayectoria ha hecho que los puneños nos sintamos orgullosos de ese cliché de “Tierra de Artistas y de Poetas”; sin embargo quienes desarrollamos cierta actividad cultural sabemos que las autoridades de esta región hacen muy poco por desarrollar y promover cultura, en este sentido ¿Cómo observa el desarrollo cultural y político de la región Puno? Y ¿Es necesaria una política cultural para la región Puno?
El desarrollo de la cultura en Puno, es y ha sido desde siempre, espontáneo, sin ningún estímulo de parte de una política de estado, sin una política de la municipalidad o del gobierno regional. No hablo de hechos aislados, de eventuales circunstancias propiciadas para adornar programas celebratorios; y digo “adornar”, en el sentido de como cuando una hojita de lechuga adorna al cebiche. Esto se debe a que a estas instancias acceden por lo general personas impreparadas, de una sensibilidad torpe, y finalmente sin amor al capital simbólico de la patria, que podría resultar aun más importante que el patrimonio material, por cuanto el primero es la mente y segundo es el cuerpo, y el cuerpo debe obedecer a la mente; y no, al revés.

Felizmente el gen puneño es creativo y aun en los momentos más críticos, en las coyunturas más espectaculares y dramáticas, tiene una afloración diáfana, cristalina, de grandes expresiones. Solo mencionaré al ceramista pucareño Eladio Orcoapaza, uno de los grandes creadores del Perú del siglo XX, completamente desconocido en Puno, y que acaba de partir; y al mascarero Edwin Loza, reconocido afuera y ninguneado en la propia tierra. Podría hacer una larga relación de puneños ilustres, intelectuales de nivel latinoamericano que viven en Lima, y que Puno no los reconoce y no sé si exista una voluntad de reconocerlos como hijos suyos, a pesar que su pensamiento e inspiración cotidiana sea la tierra que los vio nacer. Por ejemplo, acaban de fallecer el gran maestro Edgar Valcárcel, tanto como su primo hermano el poeta Alberto Valcárcel, sin que Puno les haya dicho adiós, un adiós digno y civilizado.

Lo que dice usted es cierto, y es muy lamentable que no exista una sensibilidad que nos permita desarrollar espiritualmente una valoración del “capital simbólico” o “capital cultural”, además de un aparente desprecio al sector sensible y pensante del país, sin embargo muchos técnicos creen que el cemento es desarrollo, que la infraestructura es sinónima de calidad de vida o de desarrollo, por ejemplo en Puno nos han hecho creer que uno de los proyectos como el de la carretera Interoceánica traerá desarrollo a la región, ¿qué riesgos trae consigo este proyecto tan anhelado por los puneños?
La palabra desarrollo tiene un cierto embrujo seductor ante el cual nos rendimos en los países subdesarrollados, en los países del primer mundo son más cautos. El desarrollo nos trajo el fenómeno invernadero, también nos ha traído la desertificación de los bosques, la contaminación de los ríos. La contaminación del Mantaro es uno de puntos más críticos a nivel mundial, en importancia el séptimo de una vergonzante lista. Cuando pensamos en la integración con el Brasil no pensamos si ese desarrollo habrá de favorecer mas al gigante sudamericano o a esta zona infra desarrollada. En todo caso no será una relación de pares, quien dará más y quien recibirá menos. Traerá desertificación, contaminación, además una invasión cultural de los estratos más bajos de un pueblo que busca expandirse e imponerse por donde transita. Sería bueno revisar de cómo el Brasil se hace de las cataras de Iguazú y por lo tanto de la hidroeléctrica de Itaipu, a expensas del sacrificio y el infra desarrollo histórico del Paraguay como nación.

En ese sentido, la tarea de los políticos debe ser la de construir un escudo cultural, de formas y contenidos, de idiosincrasia e identidad, que pueda soportar la invasión brasilera. Del Brasil no llegarán, en las primeras oleadas, los académicos, los artistas, las garotas deI panema, los productores de O Globo, los cantantes y compositores de bossa nova, los vanguardistas de la moda y la creatividad, no. No será así. Llegarán personajes ávidos de enriquecerse, y cuán pronto sea mejor, inescrupulosamente; empresarios águilas, extractores, depredadores; toda suerte de aventureros y el lumpen que pueda colarse, toda la grava social de arrastre. Los técnicos tendrían que atender estas previsiones. Tendrían, también, los técnicos, antes de entusiasmarse con la inundación y sacrificio de tantas hectáreas de bosque y con el financiamiento brasilero, que el Perú ha sido siempre exportador de materia prima, país depredado históricamente por buscadores oro, guano de isla, salitre, caucho, y ahora energía eléctrica, extracción que nunca pudo lograr la sedimentación de capitales nacionales. No basta entusiasmarse con trabajo que durarán cinco u ocho a años y que al final solamente dejaran un espejismo.

Bueno, es ciertamente un riesgo que encierra muchísimo peligro, es decir que la interoceánica puede ser un instrumento a través del cual nos penetrarán culturalmente y no hemos desarrollado ninguna política para resistir eso, en donde la cultura de nuestros pueblos originarios serán arrasados. Además de que no tenemos ciudades bien constituidas culturalmente hablando. ¿Cómo observar, desde una perspectiva más amplia, el concepto de “ciudad moderna”, qué nos falta para ser ciudad? Pues para muchos no dejamos de ser aldea.
Las autoridades, en términos generales, y los candidatos de la coyuntura, los partidos y movimientos, no tienen un planteamiento serio, claro, para la capital de la región, y menos en las provincias, o en los distritos más humildes, los siguientes aspectos: Qué clase de ciudad queremos. No existe visión, tampoco misión. En los pueblos cercanos a las mineras, donde hay contacto con las empresas constructoras de caminos carreteros, por ejemplo, las autoridades se han convertido en marionetas de los gerentes, monitos de organillo, peseteros que han expuesto al medio ambiente y a sus poblaciones. Puno, como región, cuna de varias culturas prehispánica, paqharina sagrada de los incas, donde se seleccionaros especies zoológicas y botánicas, fuente demográfica inagotable e inmarcesible, tierra de artistas y portas, como dice la marinera de Jorge Huirse, merece un destino. Desgraciadamente los políticos, usan una fraseología cultura gastada, parasitan la cultura cada vez que les ocurre, usan tropas de zampoñistas borrachines para cada campaña para luego darles una patadita en los fundillos, en el mejor estilo presidencial. No son capaces de implementar una biblioteca para jóvenes, niños, o mayores, como Dios manda.

Una ciudad moderna solamente podrá edificarse con seres humanos que gocen de salud, salud mental y física, salud social. Sin analfabetos reales ni funcionales (pero de verdad), con seres humanos que vean en la educación un camino que no tiene final, con una educación que conducente a la cultura, a la cultura de vivir confortablemente, espiritual y física. Luego viene lo demás. Más alma, Padre, menos cemento, y sea por los siglos de los siglos.

Usted vive desde hace muchos años en la ciudad de Lima, en donde además desarrolla una intensa actividad como hombre de prensa, ¿cómo se observan las gestiones que han gobernado la región desde eso a lo que los provincianos llamamos “centro”?
El Perú es un país cada vez más incomunicado, debido a su sistema administrativo caótico y obsoleto, sin calificación, sin regulación, sin acreditación. Por eso se produjo el arequipazo, y el moqueguazo, y el baguazo. La comunicación era antes más difícil pero más eficiente. La aldea global, no existe tanto como se cree (crédulos y repetidores somos), o en todo caso no está funcionando como debería aun. La incomunicación a nivel nacional es muy grave, de arriba abajo y de abajo arriba, no hay una voluntad para escuchar. Al mismo tiempo hay un problema de ciudadanía, el propio presidente de la república lo ha puesto en evidencia, si haber rectificado hasta el momento su frase ciudadanos de segunda categoría. En realidad todos los provincianos, los grupos étnicos, las nacionalidades interiores, forman ese estrato, ciudadanos de segunda clase. En todo caso, la comunicación entre los ciudadanos de primera, segunda y tercera clase, es sumamente difícil y a veces imposible, está delimitada por abismos de silencio e indiferencia, y aun de desprecio. Es un problema complejo, donde hay muchos factores por dilucidar y afrontar. En esa dirección, los conductores del gobierno regional no han entendido todavía sus competencias, la primera de ella es crear un estado regional, para articular todas las partes de este poderoso centro demográfico, que es Puno; para luego entender su compleja composición y creatividad cultural. Atendiendo puntualmente tu pregunta las provincias no existen para Lima, para eso basta preguntar a quien deben y tienen que tramitar presupuestos en el MEF, solamente los más hábiles son escuchados. La sinfónica nacional, el coro del estado, el Museo de la nación, las actividades culturales solamente existen para Lima. Descentralismo no hay, aunque muchos lo crean. Pero eso es parte de la responsabilidad de entidades como el gobierno regional, de crear una cultura que no necesite de Lima y de ningún otro centro, que no sea dependiente, que no sea un apéndice, de esa ciudad macrocefalica y caótica, una medusa, que se llama Lima.

Dr. Omar, una última pregunta, ¿qué aspectos deben priorizarse en un proyecto político sólido para la región Puno?
La creación de una agenda política para los próximos diez o veinte años, es obra colectiva, donde será necesario despojarse de casaquillas políticas o de grupo. Una ciudad post moderna requiere considerar igualdad de oportunidades para las grandes mayorías, contemplar el bien común. Pensar en los niños y en los jóvenes, no solo de aquellos que viven en las ciudades, pensar preventivamente en los que mueren de frió o de hambre, reducir la mortalidad y morbilidad infantilidad, contemplar programas de salud bucal, por ejemplo. Sin salud preventiva no hay vida asegurada, lo primero es contemplar proyectos de salud total. Evitar el asistencialismo de las ONGs, es tan peligroso y maligno como la ludopatía de los niños pobres adictos a los juegos electrónicos en quienes se genera adicción patológica y pérdida de tiempo histórico. Hagamos ciudadanos saludables, educados, cultos, críticos y estaremos haciendo patria.

Por otra parte se necesita una revolución en la educación, la educación en el Perú no tiene alma, no tiene grandes ideales, hay que dotarle de ellos, buscar en la pedagogía regional cuales fueron los modelos y contenidos para actualizarlos y hacer programas prospectivos. Necesitamos una sociedad prospectiva, que se adelante a su tragedia y que vislumbre un futuro equitativo y de calidad material y mental.

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